EL RETO
Comparte ilusión
Ante una situación de reposo obligado porque el cuerpo ha decidido no moverse, me dí cuenta que además de «lamentarme» y sentirme limitada, podía soñar. Disfrutar del silencio, de la calma de cada momento y así empecé a vivir viendo colores, leyendo y dibujando desde la cama.
En el silencio estamos cada uno de nosotros, desde dentro hacia afuera. Sin las interrupciones del ruido ajeno. Nuestra alma, nuestra esencia disfruta del silencio.
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